Desde la época del Egipto faraónico se pretendió unir el Mar Mediterráneo con el Mar Rojo llegándose a construir canales que lo posibilitaron a través del río Nilo. Pero no fue hasta 1859 cuando se iniciaron las obras el actual canal, de 163 km de longitud entre Puerto Saíd, en la ribera mediterránea, y Suez, en la costa del mar Rojo. Supuso todo un hito tecnológico y una de las obras de ingeniería más grandes del mundo, requiriendo un estimado de 1,5 millones de trabajadores y siendo inaugurado diez años después, en 1869.

Convirtió a la región del Sinaí en una nueva península, constituyendo la frontera entre los continentes de África y Asia permitiendo acortar la ruta del comercio marítimo entre Europa y el sur de Asia, evitando circunnavegar el continente africano, ahorrando días o semanas de travesía y su consiguiente coste. Se trata del canal más largo del mundo sin esclusas que frenen el tráfico; el tiempo de traslado de un extremo a otro es de unas 13 o 15 horas.

EJE DEL COMERCIO MUNDIAL

El Canal de Suez es una de las rutas comerciales más utilizadas del mundo circulando por su cauce en torno al 10% del comercio mundial. En el 2020, casi 19.000 barcos han utilizado esta ruta y han reportado a Egipto unos ingresos de 4.700 millones de euros. Además, esta ruta es la única conexión de los países ricos en petróleo con el mar Rojo y el Mediterráneo, circulando 2.600.000 barriles de crudo al día, casi el tres por ciento de la demanda mundial diaria de petróleo.

El reciente accidente del carguero Ever Given, uno de los mayores portacontenedores del mundo con espacio para 20.000 contenedores (TEUS), supuso, según el servicio de análisis Lloyd’s List, una retención de mercancías por un valor de unos 9.600 millones de dólares diarios. Todo indica que el mayor impacto se sintió en el mercado europeo, que es el que más depende de las transferencias a través del canal.

LOS INTENTOS POR DESENCALLAR EL CARGUERO

El atasco del Ever Given, que tiene un longitud de 400 metros, quedó atravesado en diagonal en el interior de un canal de no mucho más de 200 metros de ancho, dejando a muchas decenas de barcos atascados en ambos extremos a la espera de poder pasar.

El cierre de la vía fluvial desató una enorme operación para tratar de liberarlo con hasta nueve remolcadores que han sido desplegados para una misión extremadamente difícil de ejecutar, pues el carguero se encontraba firmemente encallado en ambas orillas.

SEIS DÍAS DE BLOQUEO

Afortunadamente, las maniobras han logrado desencallar el ‘Ever Given’ después de seis días y el tráfico se ha restablecido, si bien decenas de buques siguen a la espera para poder atravesar la vía.

Así se da fin al bloqueo del canal de Suez, que representaba una amenaza de primer orden a las cadenas de suministro del comercio global.